Exposición Colectiva ‘Color como pretexto’ Juan José Gómez de la Torre, Rafael Cerdá, Rafael López, Guillermo Bermudo y Francisco Alarcón

Inauguración el 11 de diciembre a las 19:00 h

“Un buen pintor necesita sólo tres colores: negro, blanco y rojo”.
Así de rotundo se mostraba Tiziano Vecellio, maestro del Renacimiento y mago del color, al definir las necesidades esenciales de un pintor. Una afirmación técnica y, al mismo tiempo, profundamente emocional. Porque, como recordaba Pablo Picasso, “los colores, al igual que las facciones, cambian con las emociones”.

El color —o los colores— es lenguaje, emoción y símbolo. Expresa, deforma, encubre, descubre. Despierta sensaciones, crea atmósferas, identifica culturas, transforma espacios y construye mundos. Nace de la técnica, pero trasciende lo material para convertirse en poética pura.

A lo largo de la historia, el color ha sido emblema de sentimientos, reflejo de estados de ánimo y también motivo de unión o enfrentamiento. “La función principal del color debe ser servir a la expresión”, afirmaba Henri Matisse, quien puso su obra al servicio de esa fuerza vibrante que rompe líneas, esquemas y límites.

Porque no existe un solo color, sino infinitos matices: el rojo y sus rojos, el azul y sus azules, el verde y sus verdes. Hasta el blanco y el negro, aparentemente absolutos, son territorios llenos de matices. El color no se clasifica: se siente.
Para Paul Klee, era “el lugar donde nuestro cerebro se encuentra con el universo”. Para Klimt, el oro que nacía del lienzo. Para Van Gogh, el amarillo de la locura y la esperanza. Para Sorolla, el azul de la luz mediterránea. Para Chagall, “el color lo es todo; el color es vibración, como la música”.

Y es esa vibración la que da sentido a esta exposición.
Cinco artistas, cinco miradas, un mismo hilo conductor: el color como pretexto y como lenguaje universal.
Desde la figuración a la abstracción, del trazo expresionista a la delicadeza del cómic o la potencia postimpresionista, sus obras dialogan entre sí en torno a la emoción del color.

Un homenaje a esa energía invisible que da forma a la belleza, que une razón y sentimiento, y que convierte cada trazo en un latido.

Cinco nombres en torno al color. A los colores.

Trazos libres y expresivos en la obra de Francisco Alarcón, donde la materia pictórica se eleva y el color se hace relieve de emociones.
Baile de curvas sobre un universo de colores en los cuadros de Rafael Cerdá, una invitación constante al movimiento y a la ruptura de fronteras.
El cómic y el grafiti cobran nueva vida en las obras de Rafa López, que transforma la realidad con inteligencia y humor para convertirla en fantasía.
El trazo lleno de vitalidad de Juanjo Gómez de la Torre construye paisajes de horizontes infinitos y cromatismo vibrante.
Y el guiño irónico de Guillermo Bermudo convierte lo cotidiano en una diana crítica y divertida, teñida de una paleta tan aguda como diversa.

Cinco pintores para infinitos matices.
Para infinitos colores.
Para infinitas interpretaciones.

Una muestra que invita a recordar las palabras de Henri Matisse:

“El color debe ser pensado, soñado, imaginado.”
Que así sea.